Practicidad, resistencia y seguridad

Con cerámica logramos espacios públicos que transforman el entorno y la comunidad. Gracias a sus grandes prestaciones, es el mejor producto para evitar el desgaste y mejorar las condiciones de limpieza.

La cerámica posee propiedades antideslizantes, ofrece seguridad a las ciudades y es perfecta para el tránsito de personas por su resistencia.

La cerámica, gracias a sus características y beneficios, es un material que hace que el espacio en el que se instala sea seguro y de fácil desinfección.

Espacios Públicos
En el interior de numerosos espacios de concurrencia pública como tiendas, bares y restaurantes, hospitales, estaciones de metro, aeropuertos, centros comerciales… podemos encontrar pavimentos y revestimientos cerámicos por sus ventajas técnicas y la amplitud de acabados estéticos. Características como la resistencia al desgaste, a la rotura y el antideslizamiento convierte a los pavimentos cerámicos en idóneos para estos espacios. Además la amplia variedad de producto permite que se adapte perfectamente a los distintos ambientes y estilos decorativos, sirviendo para revestir tanto suelos como paredes.
Las posibilidades decorativas se han multiplicado en los últimos años. Colores, formatos, texturas y diseños … hay algo para cada estilo, tendencia y gusto. Además, las baldosas cerámicas son el material más resistente del mercado, lo que las convierte en la opción perfecta tanto para interiores como para exteriores no residenciales, incluso en áreas de con alta concentración de tráfico. El pavimento cerámico es seguro y cómodo. Además, recientemente se han desarrollado modelos táctiles especiales dirigidos a todos los usuarios, pero especialmente a aquellos con alguna forma de movilidad reducida, con el fin de mejorar su comodidad y seguridad, además de reducir el riesgo de caídas, resbalones y tropiezos. También hacen que sea más fácil desplazarse con sillas de paseo, cochecitos o sillas de ruedas.
Desde la antigüedad se han utilizado los recubrimientos cerámicos en revestimientos exteriores, principalmente con fines decorativos, como los ejemplos que conservamos de civilizaciones como la griega, egipcia y romana. En la península Ibérica aún hoy podemos disfrutar de ejemplos de utilización de la época del dominio árabe, del barroco y del modernismo catalán, lo que demuestra las cualidades de la cerámica para soportar sin alteraciones el paso del tiempo. La fachada es la primera barrera arquitectónica que protege la vivienda de las agresiones externas. La cerámica aplicada en fachadas constituye un cerramiento con función de protección térmica; contra el agua y la humedad; acústica; contra incendios y contra ataques mecánicos y químicos. Además, como cerramiento estético aporta luminosidad, autolimpieza, colorido, expresividad dando la posibilidad de crear “museos al aire libre”. Diversos estudios han comprobado que el uso de baldosas cerámicas en fachadas proporcionan mayor integridad y durabilidad en las mismas.